Argentina, sin clima de inversiones y con empresas en salida

Presión tributaria e inflación persistente, inseguridad jurídica, economía deficiente y condiciones políticas inestables, constituyen un escenario diametralmente opuesto al recomendable para generar el clima de inversiones que tanto necesita la Argentina actual. El congelamiento de precios y de tarifas, el cepo cambiario y la reciente reglamentación de AFIP del impuesto a la riqueza – que además de polémico termina por instalar dos tributos sobre los activos al sumarse al cobro de bienes personales – constituye un cóctel explosivo que, en parte, ayuda a comprender la partida masiva de empresas extranjeras como Falabella, Walmart y Latam, entre otras.

Las medidas mencionadas no son desconocidas para la sociedad, la estrategia adoptada de apelar a la emisión y el endeudamiento pudo servir como parche en determinado momento, tal vez para apaciguar los efectos de la pandemia, pero de ninguna forma puede sostenerse ad eternum. Queda en evidencia que las acciones cursadas no constituyen parte de un proceso definido y razonado para una recuperación económica sostenible en el tiempo, que brinde seguridad jurídica a los inversores.

Por otro lado, no se puede dejar de mencionar la visión regional sobre los hechos mencionados. El año pasado, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo del año pasado, detalló que los flujos de inversión extranjera directa (IED) evidenciaron poco interés en el país.

En esa misma dirección se expresó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que precisó que América Latina y el Caribe recibieron menores aportes en concepto de IED durante el año 2019, que en 2018, lo que claramente se pronunció durante el 2020.
(Ver Informe 2020 CEPAL – Inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe)

Para elevar la competitividad del país, no desperdiciar otra generación sin crecimiento, salir de la crisis, detener el éxodo de empresas extranjeras y generar confianza en nuestro sistema jurídico – factor determinante para favorecer inversiones locales e internacionales – resulta prioritario que se logre generar un ambiente de mayores certezas y menores incertidumbres, con seguridad jurídica,  incluyendo para ello instancias de dialogo, medidas consensuadas y líneas de acción estratégicas y benéficas para todos los sectores sociales.

Debe quedar claro que dicha tarea no le pertenece exclusivamente a los funcionarios públicos, sino a la sociedad en su conjunto. Los diversos colores políticos no deberían ser un impedimento para la búsqueda de soluciones sino, por el contrario, focos de enriquecimiento de las mismas.

Es momento de que empecemos a dejar de lado las diferencias e impulsemos la tolerancia, el respeto y el consenso para salir de la crisis económica y social en la que nos encontramos inmersos.